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El resultado de las elecciones generales en Chile confirmó los pronósticos: la comunista Jeannette Jara y el ultraderechista José Antonio Kast se enfrentarán en la segunda vuelta presidencial del próximo 14 de diciembre.

Aunque Jara lideró la votación con 26,85%, fue la candidata de izquierda con menor respaldo desde la vuelta a la democracia en 1990, mientras que Kast, con 23,92%, llega fortalecido por la suma de los distintos sectores de la derecha, que en conjunto superaron el 50% de los votos.
Analistas consideran que la izquierda llega en desventaja al balotaje. Gilberto Aranda, académico de la Universidad de Chile, señaló a AP que los resultados dejan a Jara “muy cuesta arriba”, al obtener incluso menos apoyo que la aprobación del gobierno de Gabriel Boric.
En contraste, Kast ha recibido un fuerte impulso con los respaldos de Evelyn Matthei y Johannes Kaiser, referentes de la derecha tradicional y libertaria, quienes juntos alcanzaron más de 26% en la primera vuelta.
El avance de Kast refleja un giro marcado hacia la ultraderecha en el electorado, consolidado por su discurso de mano dura frente al crimen organizado y la inmigración irregular, dos de las principales preocupaciones de los chilenos.

Su propuesta de un “gobierno de emergencia”, con medidas como deportaciones masivas, militarización de zonas críticas y construcción de muros fronterizos, ha logrado atraer incluso a votantes ajenos al conservadurismo.
Los resultados legislativos también juegan a favor del líder del Partido Republicano. En la Cámara Baja, las fuerzas de derecha suman 76 de 155 escaños, mientras que en el Senado la oposición cuenta con 25 legisladores, una ventaja que permitiría a Kast impulsar su agenda de seguridad si gana la segunda vuelta.
Expertos apuntan que la percepción de inseguridad, más que la situación real, fue clave en el avance de la derecha.

La sorpresa de la jornada electoral la dio el economista Franco Parisi, del Partido de la Gente, quien obtuvo casi 20% de los votos y se posicionó como tercera fuerza.
Su electorado, descrito como apolítico, pragmático y desencantado, se ha convertido en un botín decisivo para ambos candidatos.
Jara hizo un guiño directo a estos votantes, reconociendo que Parisi “se merece respeto” y afirmando que “al pueblo se le escucha”.
Pese a las señales de apertura, Parisi no comprometió su apoyo y pidió a los candidatos “ganarse los votos en la calle”.
Con un discurso simple, directo y considerado por algunos como populista, su figura representa la molestia con las élites políticas y deja en incertidumbre hacia dónde se inclinará este amplio segmento del electorado en la segunda vuelta.



