Noticias de México y el Mundo

La discusión y aprobación de la nueva Ley General de Aguas ha reconfigurado el panorama hídrico del país, colocando en el centro la protección del recurso, la garantía del derecho humano al agua y un nuevo marco regulatorio que busca erradicar prácticas de acaparamiento.

La presidenta Claudia Sheinbaum reiteró que el propósito es dejar de ver al agua como mercancía para entenderla como un derecho fundamental y como un recurso natural indispensable para el equilibrio social y productivo.
Un nuevo modelo regulatorio
La iniciativa aprobada en ambas cámaras establece que el Estado será el único regulador del uso del agua, elimina la transferencia de derechos entre particulares y ordena que concesiones mal utilizadas regresen a Conagua para su reasignación.
Además, impulsa un Registro Nacional del Agua para fortalecer la transparencia e incorpora un catálogo de delitos hídricos que endurece el régimen sancionador.
Perspectiva social y criterios de equidad
La Ley también integra perspectivas de género, discapacidad e interculturalidad, con el objetivo de que la gestión del agua responda a principios de equidad.
Se reconocen nuevos criterios como la responsabilidad hídrica y la seguridad hídrica, orientados a garantizar el acceso sostenible, especialmente para comunidades rurales y zonas históricamente vulneradas.
Modificaciones clave impulsadas en San Lázaro
Ricardo Monreal presentó modificaciones que fortalecen la obligación del Estado de prevenir y reparar violaciones al derecho humano al agua e incorporan al Órgano Interno de Control en su vigilancia.
Además, se robusten las atribuciones de los Organismos Operadores, responsables de procesos que van desde la extracción hasta la facturación del servicio, y se establece un plazo de 180 días para que los estados armonicen su legislación.
Bloqueos comienzan a levantarse
Desde la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez destacó que la Ley brinda certidumbre a los productores agrícolas, quienes comenzaron a retirar bloqueos en Chihuahua y en distintos cruces fronterizos.
Señaló que muchas de sus demandas fueron integradas al dictamen, lo que facilitó la distensión del conflicto y el levantamiento de las protestas.
Rodríguez subrayó que la Ley ayuda a ordenar la situación hídrica, evitar el almacenamiento ilícito y frenar la concentración del recurso en pocas manos.
Reprochó que algunos movimientos continuaran protestando pese a haber llegado a acuerdos, pero insistió en que la Secretaría ha escuchado y atendido las inquietudes legítimas de campesinos y agricultores.
Senado cierra el proceso legislativo
Con 85 votos a favor y 36 en contra, el Senado dio luz verde a la reforma después de una sesión maratónica.
La nueva Ley, enviada por la presidenta Sheinbaum, garantiza el derecho humano al agua y redefine el recurso como un bien estratégico de la Nación.
Entre los cambios aprobados, se incluye el derecho de productores a vender o heredar concesiones con autorización oficial y se armoniza el nuevo esquema de sanciones penales.
Un marco jurídico que redefine el futuro hídrico de México
La aprobación de la Ley General de Aguas marca un punto de inflexión en la política hídrica del país, poniendo fin a un modelo permisivo que durante décadas favoreció el uso discrecional del recurso.

La nueva regulación busca ordenar, redistribuir y asegurar que el agua llegue realmente a quienes la necesitan, especialmente a las actividades productivas del campo, uno de los sectores más afectados por la inequidad en la distribución.



